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Sigue siendo un tema recurrente el incremento de las tasas de matriculación universitarias, y sin entrar en polémica, diremos que esta problemática tiene precedentes en la historia universitaria salmantina.

En la Universidad de Salamanca clásica, la de los siglos XVI-XVIII, pocos estudiantes podían hacer frente a los cuantiosos desembolsos a que estaban obligados en concepto de tasas y derechos, en moneda y en especie, por las graduaciones. Para la obtención de los tres grados universitarios, los de bachiller, licenciado y doctor o maestro, el graduando debía pagar propinas a los asistentes a las ceremonias; derechos de secretaría y derechos del arca de la Universidad. Y en los grados “mayores”, los de licenciado y doctor, a los gastos monetarios se añadían los gastos en especie, es decir, la pompa, aumentando considerablemente el coste final de las graduaciones: a los asistentes a los actos se les repartían cajas de azúcar y dulces, y se les servían refrescos y comidas; y en los grados de doctor con pompa, se distribuían, también, guantes y se celebraba un festejo o corrida de toros en el ámbito de la plaza mayor salmantina1. Estos últimos grados eran los más costosos al aumentar la concurrencia (por ejemplo, asistían con facilidad entre 50 y 60 graduados) y subrayarse la pompa ceremonial.

Como muestra, reproducimos, a partir del Ceremonial de la Universidad de Salamanca, elaborado hacia el año 1720, los platos que se servían en la cena con que los licenciandos del siglo XVIII agasajaban a sus examinadores, un gasto más de aquellos que debían satisfacerse para la obtención del ansiado título de licenciado:

  • Ensalada real aderezada con diferentes frutas y hortalizas, acitrones, confitones, grageas, guindas en conserva, huevos y otros géneros.
    Huevos.
  • Plato de caza (“el mejor del tiempo”), como perdigón, perdiz, pollo o pichón nevado.
  • Gigote de ave con lonjas de tocino, chorizo, trozos de gazapo y de ternera, ruedas de limón y otros aderezos.
  • Pescado del tiempo (“el más exquisito”), como salmón, trucha, anguila o besugo; y en su defecto, cubiletes.
  • Plato dulce compuesto de huevos reales o moles.
  • De postre, queso y aceitunas de Sevilla, anises y dulces secos, empapelados y cerrados, con obleas y palillos2.

Prueba de lo que significaban los gastos de las graduaciones era que la normativa de Universidad de Salamanca (del año 1618) establecía un plazo de dos años para que los regentes de cátedras de propiedad o vitalicias pudiesen cumplir con la obligación de obtener los grados “mayores” o últimos grados, quedando en depósito, para tal fin, la mayor parte de la renta de las cátedras que regentaban; a pesar de ello, muchos docentes se graduaban fuera de plazo ante la insuficiencia de estos depósitos. Existen, además, testimonios de peticiones de préstamos a la Universidad por parte de los estudiantes, para hacer frente a los gastos.

Con el fin de disminuir los cuantiosos desembolsos protocolarios o hacerles frente, especialmente en lo relativo a los “grados mayores”, los estudiantes utilizaban diversos medios que eran tolerados por el claustro universitario: un número de alumnos, aún por determinar, acudirían a graduarse a otras universidades, para incorporar los grados en Salamanca, evitándose así los gastos por la pompa. En las graduaciones conjuntas de doctor y maestro, los pretendientes podían repartirse los gastos en especie. O se podían aprovechar los lutos publicados por el fallecimiento de algún miembro de la familia real, en cuyo tiempo se eliminaba la pompa ceremonial, incluyendo acompañamientos, regocijos y ostentaciones. No obstante, estas prácticas resultaron insuficientes y no impidieron que los grados universitarios siguieran siendo prohibitivos.

Los altos costes otorgaban a las titulaciones en la Universidad de Salamanca un carácter restrictivo y elitista. El que los grados fueran minoritarios en la salmantina los hacía prestigiosos, en correspondencia con una pretendida valoración social, intelectual y profesional; y, en cierto modo, manifestaban el carácter gremial, corporativo y selectivo de la profesión docente que poseía tales grados.

Centro de Historia Universitaria Alfonso IX

1 La pompa no afectaba a los magisterios en Artes y Teología, por su carácter eclesiástico, resultando unos grados más baratos.
2 Según el Zeremonial Sagrado y Político de la Vniversidad de Salamanca, elaborado por Bernardino Francos Valdés, capítulo 16, números 48 y 50.