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Llamamos “Libros redondos y gordos” -en palabras del catedrático de matemáticas y escritor del siglo XVIII, Diego de Torres Villarroel- a los globos, celestes y terrestres, que se conservan en la Biblioteca Histórica, diez en total, entre esferas terrestres, celestes y armilares. La Biblioteca posee, pues, una valiosa colección y algunos de ellos fueron adquiridos a instancias del mismo Torres Villarroel, quien defendió su compra ante el Claustro el 30 de enero de 1758, argumentando, por ejemplo, que los tenían las más de las bibliotecas de las Comunidades por pobres que sean y podían servir de hermosura y de utilidad a la grandeza de la pieza. Los más antiguos datan del siglo XVII y están fabricados en Ámsterdam por los Blaeu, extensa familia de cartógrafos holandeses. Otra de las piezas más interesantes es el globo celeste fabricado en París por M. Robert en 1751, mientras que es de destacar el encanto especial de las esferas armilares del siglo XIX.